Tengo más años y más arrugas cerebrales de las que quisiera.
Ignoro la mayoría de las cosas que pareciera que conozco y, sobre las otras, tengo enormes dudas. Por todo esto no estoy en condiciones de enseñar nada a nadie sino de compartir mi bagaje con mis compañer@s de ruta.
Me he pasado los últimos 43 años de mi vida en la docencia porque:
– Decidí que la educación sea mi manera de ejercer el oficio de vivir.
– La docencia es una forma de organizar y de darle sentido a mi vida.
– Enseñar me permite esos extraordinarios instantes de darme el placer de dar placer.
– Fue en este rol que pude comprender la afirmación de Erich Fromm: “No es rico quien tiene mucho sino quien da mucho.”
A pesar de esta decisión y estas explicaciones, según mis psiquiatras, mis parámetros mentales son normales.